Muchas veces se cuida la alimentación del perro para que no tenga carencias alimenticias ni problemas de salud. Sin embargo, en ocasiones se olvida o bien no se le presta la atención que se debiera a su boca, a pesar de que es fundamental mantener su higiene y prestarle unos cuidados clave para que no influya de manera negativa en la salud del perro. Y es que sus dientes, si no se cuidan, son un foco de infecciones y el origen de muchos problemas para la mascota.
Alimentos
Para cuidar los dientes de la mascota, la alimentación es una de las principales claves. Y es que no solo tiene el papel de nutrir al perro, sino también de velar por la higiene de su boca.
Un motivo por el que es bueno darle comida seca para canes, pero que sea de buena calidad. Y es que, al ser crujiente, no se pega ni se queda atrapada entre sus dientes o encías.
La dieta equilibrada y saludable es igualmente importante. De esta manera, no es bueno darle al perro golosinas ni productos azucarados como los que comen las personas. Tampoco deben comer en exceso carbohidratos. Todos ellos son alimentos que se les quedan pegados a los dientes.
Los huesos son una buena opción para mantener su dentadura en buen estado ya que, al tratar de morderlos, van fortaleciendo sus dientes, aparte de limpiar las encías.
Otra alternativa, si no se tienen huesos o la posibilidad de conseguirlos, es darle para que juegue algunos juguetes específicos que están preparados para limpiarles los dientes y las encías. De una forma divertida, se irán eliminando por sí solos los restos de comida que se hayan quedado pegados o atrapados.
Higiene
Además de las pautas anteriores, también es muy importante cepillar los dientes del perro. Para ello, en las tiendas de mascotas venden cepillos y pastas dentales específicas para ellos.
Esta limpieza es importante incluirla en sus rutinas de higiene, siendo conveniente acostumbrar al perro desde que es un cachorro para que luego, de mayor, no le genere tanto rechazo.
Revisiones dentales
Y, como sucede con las personas, hay que llevar al perro a que el veterinario le haga revisiones dentales. Lo más idóneo es acudir una o dos veces al año. Incluso se puede aprovechar cualquier otra visita que se tenga que hacer para que le examine la boca para no tener que ir de propio, a no ser que el perro tenga algún problema.
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