Bajarse del caballo la primera vez también es algo que requiere cierta práctica, aunque resulta más sencillo para los principiantes que subirse. Existen varias formas diferentes de hacerlo, y según vayamos familiarizándonos más con la monta podemos encontrar aquella que nos vaya mejor o nos resulte más cómoda, pero a continuación te mostramos la más sencilla y segura para hacerlo las primeras veces.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que no nos podemos bajar inmediatamente después de haber estado entrenando con el caballo. Le tenemos que dejar tiempo para que descanse y, sobre todo si hemos estados galopando, debemos dejar que respire y que deje de sudar antes de llevarle a ducharse.
Durante ese rato permaneceremos tranquilamente sobre él, bien parados o bien andando despacio, para que el caballo se recupere del esfuerzo que ha realizado.
Una vez haya descansado, nos bajaremos de él. Para ello comenzaremos tomando las riendas con la mano izquierda, al tiempo que sacamos los pies de los estribos.
A continuación, echaremos un poco hacia atrás, de forma que podamos pasar la pierna derecha por encima del caballo, con lo cual acabaremos sentados de lado. Si no nos sentimos cómodos haciéndolo de este modo, también podemos inclinarnos hacia delante y subiremos la pierna por detrás.
Finalmente, ya sólo nos queda deslizarnos hacia abajo hasta caer al suelo. Por ello, no nos debemos poner rígidos, sino permitir que las piernas absorban el impacto.
Una vez que estemos en el suelo, al lado del caballo, deberemos subir los estribos para poder aflojar uno o dos puntos la cincha, de forma que el caballo se encuentre más cómodo. Déjalo así hasta que le quites todo el material necesario para la monta.
Recuerda que, para terminar, debes limpiar los cascos del caballo de toda piedrecilla que se haya podido acumular.