Estamos acostumbrados a ver a los animales dotados de pelajes, plumas o escamas de vivos colores. Por ello algo que nos llama la atención y que al mismo tiempo nos seduce por su rareza y su belleza son los animales albinos, aquellos que han perdido su coloración natural y presentan una coloración blanca en todo su cuerpo.
El albinismo en los animales se produce, igual que en el caso del ser humano, por ausencia en su organismo de melanina, un pigmento natural que es el que proporciona el color al pelo y los ojos. Estos últimos suelen ser de color azul o rojo debido a su falta de pigmentación, lo cual los hace mucho más sensibles a la luz. La falta de pigmento es congénita, es decir, se transmite por vía hereditaria, y aparece cuando los dos progenitores del animal son portadores del gen recesivo del albinismo.
La falta de este pigmento, aunque no es una enfermedad en sí, si hace a los animales mucho más frágiles para sobrevivir en condiciones normales.
La incapacidad de protegerse ante los rayos solares y el hecho de que su color blanco los delate tanto ante sus presas como ante sus depredadores hace que, en la mayoría de los casos, estos animales sólo puedan vivir en la protección de los zoológicos, siendo casi imposible su vida en libertad.
Los animales albinos más populares han sido los siguientes:
– Snowdrop, un pingüino sudafricano albino que vivía en el zoológico de Bristol. Se trata de uno de los cuatro únicos casos de albinismo conocidos en esta especie.
– Copito de Nieve, un gorila albino que vivió en el zoológico de Barcelona que es el único ejemplar albino de esta especie que se conoce.
– Los pavos reales albinos de los zoológicos Estados Unidos, Pakistán y España, estos últimos en Jerez de la Frontera.