Siempre se dice que los animales sacan lo mejor de las personas, siendo de gran ayuda las mascotas no sólo cuando hay alguna patología, sino también para favorecer el desarrollo de los niños y adquirir responsabilidad, aprender a cuidar a alguien y a quererle… Pero, además, de todo esto, lo cierto es que los animales de compañía, sobre todo los perros, tienen unos rasgos que bien merece la pena aprender de ellos.
Fidelidad
La fidelidad es uno de los rasgos más destacados de los perros, aprendiendo en el hogar quién es quién para ocupar su hogar y desarrollar esa lealtad hacia las personas que hace que les espere cuando llegan a casa, guarden su ausencia…
Además, el perro no tiene ningún problema en seguirte a cualquier lugar, incluso cuando hay que abandonarlo porque siente que, en realidad, su casa es donde su dueño o familia esté.
Vigilantes
Los perros no solo están atentos al entorno para saber qué es lo que sucede para alertar de algún peligro o de lo que pueda estar ocurriendo. También son capaces de vigilar el estado de ánimo de las personas con el fin de animarlas si notan que están tristes o bien aportar más cariño, disfrutar de las situaciones de alegría…
Protección
Y como hemos comentado antes siempre los perros tratan de proteger a las personas, aunque no se tenga una de las razas que están preparadas para la defensa. Así, estarán en guardia ante posibles conflictos, amenazas…
Rencor
Los perros, al igual que otros animales como los gatos, no muestran rencor nunca ni actúan bajo él. Lo mismo sucede con otras actitudes negativas propias del ser humano.
Rechazo
Los perros nunca se dejan guiar por el aspecto físico de las personas, de manera que nunca te mostrarán rechazo por no tener un físico espectacular, no llevar prendas de última moda… A la mascota solo le importas tú y solo tú.
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