Estarás de acuerdo con nosotros en que una de las tareas más difíciles a la hora de cuidar de una mascota es logar que se tome la medicación. Y es que a menudo, los animales rechazan pastillas, jarabes, gotas, pomadas y, sobre todo, las inyecciones.
Afortunadamente, existen algunos trucos para conseguir que tu perro tome la medicación sin que suponga un verdadero quebradero de cabeza para el dueño. Sobre todo debes tener en cuenta que no debes dejar dominarte por ella en temas tan delicados como su salud.
Pastillas
Aunque no nos demos cuenta, los perros tienen una gran habilidad para escupir las pastillas. Por suerte, se puede recurrir a un truco muy sencillo: esconderlas dentro de un trozo de comida que le guste especialmente. Si se trata de un comprimido grande, puedes dividirlo en dos partes o machacarlo hasta convertirlo en polvo y mezclarlo con un alimento.
Jarabes y polvos
En cuanto a los jarabes, puedes administrarlos con una jeringuilla sin aguja. La mejor manera es colocarla en un lateral, detrás de los dientes e inyectar dentro el contenido. Más fácil es conseguir que tu perro se tome los polvos, ya que quedan adheridos a la boca y es difícil que los escupa. También puedes mezclaros con algún alimento.
Gotas para los ojos y los oídos
Aplicar las gotas oculares es un poco más aparatoso, ya que hay que sujetar bien la cabeza del perro y abrirle con cuidado los párpados para dejar caer las gotas. Los oídos son aún más delicados y hay que aguantar la cabeza de manera que quede ladeada. Después de echar la gota, lo mejor es masajear en la base del oído con suavidad para que se extienda el líquido por el conducto auditivo.
Cremas y pomadas
Por último, para aplicar pomadas y cremas deberás despejar el pelo de la zona y limpiarla para evitar infecciones. Además, deberás colocar una gasa para que el pero no se rasque ni se lama.