¿Existe el monstruo del Lago Ness? ¿Podemos encontrar en nuestro mundo criaturas como la serpiente marina o el Yeti? No existe una respuesta afirmativa o negativa para estas preguntas, y son tantos quienes creen en la existencia de estas criaturas como aquellos que consideran que son sólo productos de una imaginación calenturienta. Ni siquiera la ciencia tiene una respuesta para estos interrogantes, y, de hecho, existe una rama de la biología que se dedica a estudiar este tipo de criaturas, denominada criptozoología.
La criptozoología (del griego criptos, oculto) se encarga de estudiar y buscar o confirmar la existencia o no animales denominados “crítpidos”, es decir, criaturas que no se encuentran clasificadas en la zoología moderna porque son animales que se han extinguido hace tiempo o que forman parte del folklore o de la mitología, pero que, a lo largo de la historia, son muchos quienes afirman su existencia.
Sin embargo, la criptozoología no se dedica a estudiar cualquier animal desconocido o mitológico, sino, dada su base científica, para que estudie la existencia o no de un determinado espécimen, es necesario que existan, a lo largo de la historia, informes sobre la existencia o el avistamiento de uno de ellos.
Una de las mayores dificultades con las que se encuentra esta disciplina es la recolección de pruebas científicas que permitan demostrar la existencia de estos animales singulares.
Por otro lado, a menudo se intentan incluir dentro de esta rama de la ciencia criaturas cuya existencia sólo pertenece al campo de la parapsicología, las denominadas criaturas pseudocriptozoológicas, como el Tigre alado de China, o el Reptil humanoide, entre muchos otros, principalmente porque no reúnen las características para ser consideradas objeto de estudio de esta ciencia.