Si a nuestro perro le gusta el agua, nada le hará disfrutar más que un buen chapuzón junto a nosotros en la piscina. Sin embargo, aunque sea un lugar de diversión, no debemos olvidar que una piscina en casa puede ser un peligro para nuestra mascota, por lo que, una vez que la tengamos lista para el verano, deberemos tomar una serie de precauciones para evitar que nuestro perro pueda sufrir un accidente en ella.
En primer lugar, no lo dejes bañarse solo nunca, porque puede que, si el animal se tira al agua estando solo, no sea después capaz de salir, y puede morir ahogado debido al agotamiento. Si no puedes evitar que el animal ronde por la piscina o se bañe, lo mejor es que instales algún tipo de rampa u otro dispositivo que permita al animal salir cuando se haya lanzado al agua.
También puedes instalar una pequeña cerca al borde de la misma, teniendo siempre cuidado de que esté cerrada y de que posea altura suficiente para que el animal no pueda saltarla.
Ten cuidado con las avispas que suelen rondar alrededor de la piscina. Nuestro perro tenderá a cazarlas, y si lo logra le picarán en la boca o en la lengua, lo que resultará muy doloroso para el animal. Por ello es preferible que no lo dejes corretear libremente alrededor de la piscina, sino que lo sitúes en una zona que puedas controlar, donde el animal pueda además descansar a la sombra, para evitar así el peligro de la insolación.
Ten cuidado también de que no beba agua de la piscina, ya que el cloro y las demás sustancias químicas que contiene pueden producirle problemas estomacales. Para evitarlo asegúrate de que siempre tiene a su disposición un bol con agua fresca.