En torno a las mascotas siempre hay muchas curiosidades. Y esto incluye también a los perros porque estos animales de compañía tienen una serie de costumbres o hábitos que llaman la atención de sus dueños y de las personas que los observan. Dentro de ellas, una de las más curiosas es el acto de enterrar los huesos. Un gesto que, quizá, hoy en día está más abandonado al vivir en las ciudades, pero que se sigue viendo en el medio rural y en muchas películas y dibujos animados. Pero, ¿por qué lo hacen?
El gesto
Si hay una palabra que siempre se asocia con los perros es huesos. En la mente de todos está la típica imagen de un can mordisqueando uno y procediendo a enterrarlo en zonas ajardinadas o con tierra.
Aunque este gesto pueda parecer curioso, lo cierto es que no debe preocupar en exceso a los propietarios porque se viene realizando desde la antigüedad por parte no solo de los perros, si no también de otros mamíferos.
La principal clave está en que lo guardan para más tarde. De este modo, saben que tendrán un hueso que ningún otro animal les va a quitar o robar, estando a buen recaudo bajo tierra. Es decir, es su manera de acumular comida.
Almacenar
Este gesto es frecuente en muchos mamíferos, sobre todo, en los ancestros de los perros como, por ejemplo, los lobos grises. A pesar de sus habilidades para la caza, estos animales también tienden a enterrar los restos de alguna presa, acumulándolos para después.
Cuando este gesto es realizado por un perro doméstico y que vive en las ciudades, en general responde a que saca su instinto animal, que tienen en el interior. Esto hace que oculten los huesos en patios o jardines, entre otros posibles escondites que tengan a su alcance en las ciudades o pisos.
Es un impulso que no ha desaparecido a pesar de vivir en ciudades y seguir una alimentación en la que no les falta ninguna toma o ingesta.
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