Evitar que el perro ladre con mucha frecuencia y ante cualquier situación o bien ante la presencia de otros canes o personas requiere de una serie de pautas que conviene seguir y que, igualmente, son útiles para conseguir que ladre menos en general. ¿Qué puede hacerse? Como siempre, la mejor arma es la prevención, aunque estos consejos son también muy útiles.
Prevención
Siempre que se tiene una mascota, la mejor arma es la prevención. Y esto pasa por enseñarle desde cachorro y por un buen adiestramiento con el fin de que no se produzcan problemas de conducta, que incluyan los ladridos.
Cuando el perro que se tiene en casa es más mayor porque, por ejemplo, se ha adoptado, puede ser necesario que se recurra a adiestradores o profesionales para corregir la conducta.
Pero, ¿cuándo se considera problemático y se debe tratar? La respuesta es clara: son todos aquellos casos en los que la mascota no obedece y ladra sin parar o con mucha frecuencia.
Consejos
Una de las principales pautas a seguir es no gritarle cuando ladra o tiene este tipo de comportamientos porque no ayuda. Lo mejor es emplear una orden firme, pero que se exprese de forma calmada. Una de las que más funciona es decir ‘silencio’, asociando su pronunciación al gesto de llevarse el dedo a la boca. También es de gran ayuda dar la orden sin gritar mientras se trata de tranquilizar al perro.
Además, siempre que el perro acate la orden, se le debe indicar que lo está haciendo bien. Aquí lo más aconsejable es expresarle que se está comportando bien mientras se le acaricia.
También se le puede dar un premio, pero hay que dejarle claro de que se le premia por dejar de ladrar y no por el ladrido. Esto es especialmente importante porque el perro es posible que comprenda que si ladra recibe un premio. Así que mucho cuidado porque el premio, si no se hace bien, puede potenciar la mala conducta.
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