Uno de los problemas más habituales y frecuentes en los gatos son las bolas de pelo. Y es que se forman muy fácilmente y, aunque pueden parecer inofensivas, realmente, no lo son. Pueden causar problemas de salud en el minino. Un motivo por el que siempre es clave estar alerta para detectar lo antes posible si el gato tiene el problema de las bolas de pelo para solucionarlo y que esté mejor.
¿Por qué se forman?
Las bolas de pelo se forman porque a los gatos les gusta mucho lamerse. Incluso es un gesto que forma parte de su higiene. Esto lleva a que traguen pelo sin querer, pasando a su aparato digestivo.
En la mayoría de las ocasiones, ese pelo ingerido se elimina de forma natural a través de las deposiciones. Sin embargo, hay otras veces en las que las bolas de pelo generan problemas de salud.
Es lo que sucede cuando se van acumulando los pelos en el estómago, dando paso a la formación de las bolas, que son difíciles de expulsar por el gato.
¿Cómo se detectan?
Para saber si el gato está afectado por el problema de las bolas de pelo, hay que prestar atención a unas señales claras. Una de ellas es que el gato empiece a vomitar bolas de pelo ante la dificultad de expulsarlas por los excrementos.
Además, también se pueden notar en la mascota problemas de estreñimiento e, incluso, que su abdomen está mas abultado de lo normal. Esto, a su vez, puede conllevar que el gato tenga un comportamiento distinto del habitual, como más apático.
¿Qué puede hacerse?
Varias son las acciones que se pueden poner en marcha para evitar las bolas de pelo. Por ejemplo, una de las mejores es cepillar bien al gato para evitar que pueda tragar su pelo, aunque sea corto.
Puede ser suficiente con cepillarlo una o dos veces por semana en el caso de los gatos con pelo corto, mientras que debe hacerse diariamente en el caso del pelo largo.
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