Los ladridos de nuestro perro pueden llegar a preocupar a muchas personas por diversos motivos. Pero lo primero que debemos hacer ante ellos es intentar entender la causa por la cual nuestras mascotas ladran para poder buscar la mejor solución posible.
Puede que el animal ladre ante nosotros y mirándonos a los ojos. En este caso esta conducta estaría indicándonos que el animal quiere exigirnos algo (atención, comida, juego, etc.), y al no funcionarle con el gemido o darnos con la patita, a pasado a emplear el ladrido. Este comportamiento podría significar para él que tiene algún tipo de control sobre ti y que puede llegar a exigirte. Ante casos así, no sirve de nada que les gritemos. Lo único que podemos conseguir es ponerles agresivos. Lo que hay que hacer en primer lugar es asegurarse de que todas sus necesidades están cubiertas, y si es así, entonces no debemos dejarle que nos exija sin motivo alguno. No podemos dejar que nuestra mascota se convierta en un animal dominante.
Si los ladridos del perro se producen cuando lo dejamos solos o por la noche, la cosa cambia. Ya que indicarían indicios de ansiedad por separación, o lo que es lo mismo miedo a la soledad. Lo único que intenta el animal con sus ladridos es llamar la atención y expresar su angustia y frustración por estar sólo. En estos casos lo más recomendable es poner un poco de distancia sana entre tú y tu perro, para que el entienda que habrá momentos en los que no podrá ser tan dependiente.
Por último, si el animal ladra a todos y a todo, sus ladridos serán consecuencia del nerviosismo o de algunos miedos. En estos casos habrá que intentar transmitir calma a nuestro perro. Si vemos que alguna acción, como por ejemplo coger la correa, le pone nervioso lo que tenemos que hacer es esperar a que el animal se calme para bajarle a la calle.