Para la inmensa mayoría de los perros viajar en avión no resulta una experiencia fácil y agradable, sino todo lo contrario. Y es que implica una serie de gestiones y, dependiendo del peso del animal, un trayecto en la bodega dentro de un transportín.
Lo más importante a la hora de viajar en avión con un perro en la Unión Europea es que el animal cuente con un pasaporte veterinario en regla, un documento válido para todos los países de la UE menos para el Reino Unido, Irlanda y Suecia, cuyas exigencias particulares deberán certificarse con el consulado. Además, fuera del continente, muchos países exigen que la mascota haya estado en cuarentena previamente. Lo mejor, entonces, es informarse en el consulado de cada estado. Volar dentro de España suele ser más sencillo.
Normas y límites de peso estrictos
Por supuesto, no todas las líneas aéreas aceptan llevar mascotas a bordo. Por ejemplo, ni Ryanair ni easyJet admiten estos animales, a excepción de los canes lazarillos. Y las compañías que sí que permiten animales, lo hacen teniendo en cuenta una serie de normas y unos límites de peso bastante estrictos. De hecho, la mayoría de los perros mayores de 8 kilos tienen que viajar en bodega.
Viajar con mascotas implica un coste
Independientemente de si va en cabina como en las maletas en la bodega, siempre existe un coste. Además, es imprescindible indicar siempre que se viaja con un perro al reservar y comprar el billete. Es necesario que verifiques con la línea aérea antes de comprar el billete o ir al aeropuerto, ya que cada compañía tiene sus normas y, además, algunos trayectos tienen normas especiales.
Preparar a tu mascota
Lo más importante es que prepares a tu mascota para emprender un vuelo de estas características, acostumbrándolo a la presencia de la jaula durante varios días, preparando la jaula para su comodidad y no alimentándolo al menos 5 horas antes del viaje para evitar vómitos.