Hacer actividades con el perro es muy beneficioso para reforzar la relación entre ambos. Además de los paseos y juegos habituales y diarios, también hay otras opciones que, igualmente, son beneficiosas. Una de ellas es el senderismo. Esta actividad permite vivir experiencias distintas, hacer ejercicio de forma diferente y estrechar ese lazo para que sea más íntimo. Pero, ¿cómo se puede hacer senderismo con el perro?
Trucos y consejos
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de hacer senderismo con el perro es su estado físico. Evidentemente, hay rutas que son muy largas y con muchos kilómetros y el can puede cansarse y tener dificultades para completar todo el recorrido.
De este modo, lo primero que hay que tener en cuenta es la ruta que se va a hacer. En este sentido, es clave comenzar poco a poco por más que el perro sea resistente y esté acostumbrado a correr o pasear.
Y no solo hay que tener en cuenta la longitud del recorrido, sino también su dificultad. Así es conveniente elegir rutas que no tengan muchos desniveles ni sean rocosas o con terrenos en los que el can pueda dañarse.
En el caso de existir desniveles, es conveniente asegurarse de que son aptos para él. Además, en la elección se deben tener en cuenta otros elementos a evitar como tramos que estén cerca de la carretera por motivos de seguridad por si el perro se escapa o bien sale corriendo.
Si en el recorrido hay rocas muy encrespadas, es zona de escalada o bien se está cerca de la carretera, lo mejor es llevar al perro con correa con el fin de evitar una caída aparatosa o un accidente.
No hay que olvidar que ante un terreno desconocido o una nueva ruta e, incluso, aunque se haga la habitual, despertará las ganas de explorar en la mascota y querrá ir más allá de las áreas más cercanas.
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