Cuando se tiene un perro siempre cabe la duda de si es bueno o no ponerle un bozal porque se tiende a pensar que es un artículo que va a incomodar a la mascota e, incluso, puede hacerle daño. Sin embargo, no tiene por qué ser así porque hay distintos tipos de bozales. En esta ocasión, nos vamos a centrar en sus utilidades y cuándo se debe o no utilizar para saber cómo actuar con nuestra mascota.
Bozal, ¿sí o no?
La utilización del bozal depende de cada can. Normalmente, es una pieza que siempre está recomendada en aquellos perros que tienen el hábito de morder. De hecho, esta es una de las principales funciones del bozal: evitar la mordida.
Con su uso, se evita que puedan morder a otros animales en el parque o por la calle, así como a las personas tanto en zonas abiertas o exteriores como, por ejemplo, cuando se viaja en autobús u otro transporte público.
Aparte de esta situación, se recomienda utilizar el bozal para evitar situaciones de conflicto. Por ejemplo, si el perro accede al metro o tren en transportin, se requiere el uso de bozal. Además, si es un can peligroso por su comportamiento individual, también se aconseja su uso, al igual que en el caso de ser una raza considerada como peligrosa. No obstante, en estos casos, siempre hay que atender a la legislación del lugar en el que se reside o al que se esté viajando.
A su vez, el bozal está indicado para evitar que el perro coma restos no deseados que se pueda encontrar, por ejemplo, cuando va por el parque o la calle. También hay algunos específicos para evitar que el perro ladre, lo que es útil para aquellos canes que no pueden dejar de hacerlo.
A pesar de estas utilidades, el bozal también tiene algunos usos contraindicados. Es el caso de aquellas situaciones en las que se emplea como castigo. No es nada recomendable ponérselo tras haber sido reprendido porque se generará un estímulo negativo. Incluso, puede llegar a producirle estrés, lo que derivará en una conducta todavía más negativa que, a la larga, puede hacerse insostenible.
De este modo, es conveniente procurar que la puesta del bozal no le genere estrés porque, precisamente, es otra de las funciones que tiene: neutralizar situaciones estresantes.
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