Si notamos que nuestra mascota está cansada, se muestra triste y no quiere realizar ninguna actividad física y además presenta unas encías que tienen un tono más pálido de lo habitual, puede que sufra anemia. La disminución de glóbulos rojos producida por esta enfermedad hace que el organismo del animal tenga que trabajar en exceso para distribuir el oxígeno a través del cuerpo, lo que supone la aparición de los síntomas que hemos descrito anteriormente.
La anemia debe ser tratada inmediatamente para que no suponga un peligro para la salud del animal, sobre todo si nuestra mascota es aún un cachorro. En estos casos, lo más habitual es que la anemia venga dada por pulgas o garrapata o por estar infestados por parásitos internos.
En los animales más mayores la anemia puede estar causada, como en los jóvenes, por parásitos, aunque también puede deberse a trastornos como úlceras estomacales, tumores del intestino y los riñones, así como a enfermedades autoinmunitarias, en las que es el propio organismo del animal el que destruye sus glóbulos rojos.
Además de la fatiga y la depresión, si nuestra mascota sufre anemia también presentará palidez en los ojos y en los oídos y perderá el apetito y con ello perderá peso. También dormirá más de lo habitual y presentará una gran distensión abdominal y su respiración será irregular. En algunos casos también puede aparecer sangre en la orina o en las heces.
Si nuestra mascota presenta estos síntomas, deberemos llevarla inmediatamente al veterinario para que la examine y la trate adecuadamente. Si la anemia es muy severa, puede necesitar de una transfusión de sangre para equilibrar el organismo. Si no, le tratará con líquidos intravenosos y distintas medicaciones.