Los perros son los animales domésticos más susceptibles a producir mordeduras a los habitantes de una casa. En la mayoría de estas situaciones, los involucrados directos son los niños. Sin embargo, las mordeduras de los gatos son las que representan un mayor riesgo de infección. Además de causar lesiones y heridas sépticas, existe la posibilidad de que las mordeduras de animales pueden transmitir tétanos y, en raras ocasiones, la rabia. A continuación, tienes unos cuantos consejos que te pueden ayudar en una situación así:
– Si la herida apenas rompe la piel, será tratada como una herida menor. Frótala bien con agua y jabón. Aplica una crema antibiótica y tápala con una tirita o una pequeña venda.
– Si la mordedura produce una punción profunda de la piel o la piel se ha rasgado gravemente, deja que sangre un poco y posteriormente límpiala perfectamente. Si no conoces al animal, consulta con tu médico.
– Puede que la mordedura no te la produzca una de tus mascotas, así que pregúntale al dueño si está vacunado contra la rabia. Aun si te confirman que está vacunado y la herida es muy grave, se debe llevar al animal al veterinario para que sea puesto en observación por si estuviera desarrollando la enfermedad.
Consulte con tu médico si:
– La herida es profunda, sobre todo si es una herida punzante.
– Has resultado mordido en la cara, manos, pies o el cuello, o sobre una articulación.
– Sospechas que el animal puede tener la rabia o directamente si es de un animal salvaje o callejero.
– No te has vacunado contra el tétanos en los últimos cinco años.
– Hay signos de infección.