Con anterioridad ya hemos hablado de que la música puede tener algunos efectos en el perro por lo que no se recomienda escucharla a un tono elevado, entre otros consejos. Sin embargo, hay que matizar que no todos los estilos musicales tienen el mismo efecto en la mascota. ¿Cuál es el más indicado o más beneficioso? ¿Hay alguno que no sea recomendable? Aquí damos algunas claves para que las tenga en cuenta en el hogar, al menos, según un estudio de la Queen’s University de Belfast. Ya adelantamos que no se ha detectado ningún vínculo entre el gusto musical de perros y gatos ni con la música que el can oye en casa.
Clásica
Siempre se ha dicho que la música clásica amansa a las fieras. Y puede que sea así porque hay algunas piezas de este estilo musical sobre el que se ha notado que los perros duermen más y más profundo.
En concreto, se ha observado que duermen un 6% más de lo habitual. La clave está en que, con la música clásica, los perros descansan de forma más plácida y confiada, según se desprende de las mediciones de ritmo cardiaco y ondas de sueño.
Entre las composiciones de música clásica que son más efectivas y con las que se consiguen estos efectos se encuentran ‘Las cuatro estaciones’ de Vivaldi, ‘La quinta sinfonía de Beethoven’, ‘Para Elisa’ de Beethoven y ‘El Danubio azul’ de Johann Strauss.
Pop-rock
El pop-rock es percibido por los perros como un murmullo de comunicación entre las personas. Es una música que no comprenden y, por lo tanto, no les interesa.
Heavy metal
El heavy metal, por el contrario, sí tuvo efecto en el perro. En concreto, se observó que sus ganas de ladrar aumentaron en un 70%. Su ritmo cardiaco también se aceleró. Esto derivo en una cierta ansiedad, además de sentirse en guardia, trabajando con su sentido auditivo al límite. Esto en parte se debe a que los tonos de la guitarra y de voz de los vocalistas igualan las ondas de las alarmas, entendiendo así el perro una llamada de atención, que le lleva a estar en guardia.
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