Los animales, al igual que las personas, también pueden engordar y, evidentemente, el sobrepeso tampoco es bueno para ellos. Un aumento de peso que puede ser más habitual en los gatos cuando se tienen en el hogar porque no suelen hacer tanto ejercicio como cuando están en una casa de campo o en entornos rurales en los que pueden moverse más a sus anchas. Siempre la mejor arma es la prevención, pero si ya ha cogido esos kilos de más, el gato tiene que ponerse a dieta y hacer más ejercicio.
Causas
Los motivos por los que el gato puede engordar son variados y puede haber factores que van desde una menor actividad hasta una gran cantidad de comida, el estrés o algunas enfermedades como la diabetes, el síndrome urológico felino o la lipodosis hepática, entre otras muchas.
Siempre es importante saber por qué se ha producido el aumento de peso para ponerle solución, puesto que no es lo mismo que sea por una enfermedad que por un mayor reposo o porque lleva una temporada en la que está más tragón.
Remedios
Sin embargo, con independencia de la causa del aumento de peso, sí pueden seguirse unos consejos generales para acabar con la situación. Lo primero de todo hay que llevar un control de su peso semanal para ver cómo va evolucionando e ir estableciendo las pautas de una dieta más adecuada. Por ejemplo, hay que reducir el nivel de grasas que toma y las calorías. Además, siempre es conveniente dosificar la cantidad y que coma a unas horas fijas.
En las pautas de alimentación, se debe tener cuidado porque las comidas deben ser equilibradas, teniendo que estar formadas por carne, proteína de origen animal, arroz, minerales, vitaminas y L-carnitina.
Y, por supuesto, debe hacer más ejercicio físico, aunque hay que comenzar a que lo realice de forma gradual. Para ello, se pueden utilizar diferentes juguetes específicos para gatos o bien que tenga que correr para ir a por la comida o determinados objetos.