Siempre se ha dicho que los gatos son poco sociables por su carácter independiente, lo que lleva a pensar que prefieren estar solos. Sin embargo, esto no siempre es así. Hay mininos que son cariñosos y que disfrutan de momentos con la familia. Y esto no depende exclusivamente de su raza. Hay otros factores que influyen. Hacer una buena socialización del gato es fundamental. ¿Y cómo? Aquí contamos algunos trucos.
Las claves
Los gatos no hablan el mismo lenguaje que las personas por lo que la forma de entenderse entre ambos es a través de refuerzos positivos. Además, el hecho de que sean en positivo las muestras y gestos que se tengan con él, es clave porque es lo único que va a poder permitir mantener una buena relación.
Para que el gato se integre sin problemas en el hogar, se le pueden dar premios o recompensas para reforzar su correcta conducta. Un buen truco es dosificar su comida a lo largo del día y darle el alimento presencialmente para que asocie este gesto con su supervivencia y pase a considerarte una persona fundamental en su vida.
En el caso de que haya hogares con más de una persona conviviendo con el gato, es recomendable establecer turnos para darle la comida. Así podrá ir estableciendo un vínculo positivo con cada una de ellas.
En el proceso de socialización es fundamental saber reaccionar ante situaciones que puedan resultar un poco incómodas y en las que el gato toma la iniciativa para estar con la persona. Esto sucede, por ejemplo, cuando se sube a la mesa y se está trabajando o comiendo.
Este es alguno de los ejemplos de acciones que lleva a cabo para llamar la atención de las personas. Y aquí hay que saber reaccionar de manera que el gato no note indiferencia, pero tampoco sea estrujado porque siempre hay que respetar su espacio vial. Una buena reacción es tratarle con suavidad, acariciarle o peinarle con mimo. Y, a la hora de bajarlo de las piernas, mesa, ordenador… se debe hacer con mucho cuidado para que no malinterprete la acción y se pierda todo lo adelantado.
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