Hoy queremos hablarte de una enfermedad parasitaria que afecta a muchos perros año tras año. Se trata de la leishmaniosis canina, una enfermedad considerada como endémica en España (presente ya en más de 40 países) que puede llegar a ser mortal para nuestra mascota.
¿Cómo se transmite?
Un parásito llamado Leishmania es el culpable de que exista. El flebotomo, un insecto muy pequeño parecido al mosquito, es el encargado de propagarla después de picar a un perro contagiado. En España la especie más común de flebotomo es el Phlebotomus perniciosus y podemos encontrarlo tanto en la costa como en la montaña, si bien es cierto que se moviliza más en ambientes urbanos.
Síntomas
Los síntomas más comunes asociados a la leishmaniosis son los vómitos, la diarrea, la pérdida de peso, las lesiones oculares, la cojera y la alopecia. Además, también puede afectar a órganos tan importantes como el riñón, provocando serios problemas que minan considerablemente la salud de nuestro perro. En los peores casos aparecen todos los síntomas, pero en algunos casos no aparece ninguno de ellos. Sea como sea, hay que acudir cuanto antes al veterinario para iniciar un tratamiento que se caracteriza por ser lento, además de no ofrecer resultados excesivamente eficaces por culpa de la capacidad de adaptación de los flebotomos, que cada vez son más resistentes a los fármacos.
Transmisión perro a persona
La leishmaniosis es una enfermedad zoonótica, y eso significa que se puede transmitir de un animal a una persona. Sin embargo, en este caso no existe riesgo de transmisión directa por contacto entre un perro y una persona, sino que debe ser un flebotomo el que lo transmita después de picar a un perro que haya enfermado.
El problema de las altas temperaturas
Como seguramente ya sabrás, el cambio climático ha propiciado un incremento notable de las temperaturas en todos el mundo. En países como España el incremento ha sido constante en las últimas décadas y eso ha propiciado que haya flebotomos durante prácticamente todo el año, cuando antes se asociaba la leishmaniosis a la etapa comprendida entre la primavera y el verano.
Diversos estudios han podido constatar que pueden permanecer activos incluso en diciembre, además de llegar a zonas consideradas como frías como es el caso de Asturias o Cantabria, donde antes la incidencia era muy baja comparada con la de ahora.
¿En qué se traduce este incremento de temperaturas y la llegada de los flebotomos a todas las provincias de España? En un mensaje de alerta que obliga a extremar las precauciones durante todo el año para evitar que la leishmaniosis afecte a nuestras mascotas.
Las zonas en las que más casos de leishmaniosis canina se registran suelen ser las que están bañadas por el mar Mediterráneo (Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares…) y las más calurosas de España, como es el caso de Andalucía y Extremadura.
Cómo proteger a nuestro perro de la leishmaniosis
Afortunadamente, hay que decir que en la actualidad existen muchos tratamientos eficaces que ayudan a minimizar el riesgo de que un flebotomo pique a nuestro perro pudiéndole transmitir la leishmaniosis. Como cada perro es distinto, conviene pedir hora con el veterinario para que pueda evaluar qué tratamiento es el más apropiado en cada caso.
Los productos antiparasitarios son muy útiles y juegan un papel fundamental en este sentido. Sin embargo, también debemos incorporar una serie de hábitos que hacen que las probabilidades de que a nuestro perro le pique un flebotomo se reduzcan considerablemente. Una de ellas es la de evitar los paseos cuando el sol se pone y cuando anochece, ya que es en esos momentos del día cuando los flebotomos se muestran más activos. Por descontado, también hay que evitar que el can duerma en el jardín o la terraza.
Los flebotomos suelen refugiarse en sótanos, en contenedores o en las raíces de los árboles. Buscan lugares húmedos y acceden a las estancias de nuestro hogar con mucha facilidad, por lo que se recomienda instalar mosquiteras de malla fina en las ventanas de todas las habitaciones para impedir que puedan acceder al interior. Eso y utilizar repelentes como la permetrina o deltametrina, que suelen cumplir muy bien con la función de mantener alejados a los flebotomos.
Un collar antiparasitario es una de las mejores armas para mantener a los flebotomos a raya, puesto que su eficacia es muy cercana al 100% durante 12 meses si es de una buena marca. El collar es bueno que lo lleve incluso cuando ya se ha infectado, ya que evita que otras picaduras puedan reactivar la enfermedad o provocar una recaída.
También hay que hablar de las vacunas y los medicamentos como buenas soluciones de prevención. Los resultados obtenidos son bastante buenos y no está de más recurrir a las vacunas y a los medicamentos por si los repelentes fallan.
Dicho esto, os animamos a tomar medidas lo antes posible y a no bajar nunca la guardia, ya que ahora sabemos que el riesgo existe durante todo el año y en todos los lugares de España.