En más de una ocasión, ya hemos comentado que los gatos no se suelen llevar bien con el agua y sobre la importancia de que la tomen para que estén bien hidratados. Y hoy nos vamos a centrar en los problemas de salud que puede tener un gato si no bebe la suficiente cantidad. Son enfermedades que, desde luego, no son ninguna tontería.
Problemas generales
Cuando un gato no bebe suficiente agua, se nota en que no se siente bien y empiezan a aparecer síntomas que no parecen graves inicialmente, pero que se van complicando y generando problemas de salud que sí conllevan mayores afecciones sobre su organismo.
De todos modos, es importante estar pendiente de la cantidad de agua que bebe el gato porque la deshidratación no solo puede estar relacionada con las patologías, sino que puede ser también consecuencia de vómitos y diarreas comunes.
No obstante, si el gato tiene estos síntomas, es importante buscar la causa porque pueden ser ya la señal inequívoca de que tiene un problema de salud relacionado con la falta de agua.
Enfermedades
Las enfermedades que se presentan en los gatos que beben poca agua están relacionadas principalmente con el riñón. La más general es la insuficiencia renal, que se convierte en crónica.
Esta patología, además, tiende a desarrollarse de forma lenta, generando un deterioro en el minino que es difícil de revertir. Por ello, siempre es importante hacerle revisiones periódicas en el veterinario, sobre todo, a partir de los seis años de edad.
El hígado es otro de los órganos que se ve afectado por la falta de agua y la deshidratación. En este caso, puede aparecer la lipidosis hepática o la colangiophepatitis felina, que aparecen porque la escasez de agua acelera los procesos hepáticos y la mascota puede llegar a morir.
La falta de agua también afecta a los problemas hormonales. Por ejemplo, el gato puede tener hipertiroidismo, que se manifiesta por una rápida pérdida de peso, aunque el minino coma y mantenga su ritmo diario con normalidad.
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