Hoy en día, el borrego cimarrón recorre libremente el oeste de Estados Unidos y Canadá, desde los confines septentrionales de las Montañas Rocosas hasta el fondo de los desiertos de Arizona y California, e incluso en México. A lo largo de algunas de las rutas escénicas del país, hay grandes paradas donde los conductores pueden estirar las piernas y ver al borrego cimarrón en su hábitat natural.
Mucho más exótica que las ovejas de granja típicas, el borrego cimarrón presenta unos grandes cuernos que se convierten en su rasgo más distintivo. Aunque los cuernos de las hembras son más pequeños que los cuernos del macho, son lo suficientemente grandes como para llamar la atención. Este animal forma una parte importante de la cultura de los Estados Unidos occidentales.
El borrego cimarrón es el animal del estado de Colorado, y desde hace mucho tiempo ha sido muy importante para los indígenas de las regiones de montaña. Les servían como alimento, como ropa y para hacer herramientas. Además, los nativos americanos representaban a menudo al animal en dibujos y esculturas, lo que indica su importancia cultural. Antes eran muy fáciles de encontrar pero fue llegar el siglo XX y empezaron a desaparecer.
Ellos no fueron considerados oficialmente en peligro de extinción, ya que la Ley de Especies en Peligro de Extinción no se aprobó hasta 1973, pero solo quedaron un par de miles. La gente los cazaba, la ganadería amenazaba su hábitat, la aparición de nuevas enfermedades… todo esto hizo que la especie casi desapareciera. Cuando el Congreso de EE.UU. creó el Servicio de Parques Nacionales en 1916, un programa de conservación de la tierra se empezó a implantar. Esto significaba que los hábitats de borrego cimarrón en el oeste estaban protegidos, y la especie podría empezar a ser reintroducida en áreas protegidas sin la amenaza de ser cazada.