Es seguramente su pequeño tamaño donde radica el éxito de los conejos enanos, ya que hacen de él un animal capaz de convivir en cualquier espacio. Por otra parte, su pelo corto y sedoso los convierte en mascotas ideales para los niños pequeños.
Los cuidados que debemos proporcionales a esta raza son los siguientes:
Dado que es una especie muy sociable, lo mejor es tener una pareja de conejos. Si no queremos que críen, podemos tener dos hembras. De ese modo nuestros animales nunca se sentirán solos.
Debemos tener cuidado al alimentar al conejo enano, dado que tiene un aparato digestivo muy sensible, por lo que no debemos nunca sobrealimentarlo. Para alimentarlo nada mejor que zanahorias y ciertas frutas como manzana o plátano, pero con moderación. No debemos darle nunca nueces ni semillas. Tampoco debemos darle vegetales como las judías verdes o tréboles. Es esencial que en su dieta incluyamos heno de alfalfa, ya que de ese modo obtienen la fibra que su sistema digestivo necesita.
Dado que estos animales tienen tendencia a la obesidad, es necesario que les permitamos hacer ejercicio todos los días, dejándole corretear de forma controlada por la casa o el jardín. Si queremos, también podemos fabricarle un pequeño corral con una tela metálica, pero teniendo en cuenta que siempre debe tener una zona de sombra donde guarecerse del sol.
El cepillado es muy importante, ya que de lo contrario el animal ingerirá el pelo en su aseo diario y se le pueden formar bolas de pelo en el estómago. Si tenemos un conejo de pelo corto, basta con que lo cepillemos tres veces a la semana, pero si tiene el pelo largo deberemos hacerlo todos los días.