Es habitual que en los hogares haya plantas y flores y, en ocasiones, se opte por tener un gato como mascota. Y, en principio, parece que todo apunta a un hogar cálido y confortable. Sin embargo, a veces, no es así porque los gatos y las plantas no siempre establecen una buena relación. Y es que los mininos se sienten atraídos por ellas tanto para comérselas como para orinar sobre su tierra y macetas. Son dos malos hábitos que conviene corregir por la propia mascota, pero también por la planta.
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