
Los gatos son criaturas extraordinarias con una increíble agilidad que a menudo sorprende a todo el mundo. Con un esfuerzo aparentemente pequeñísimo, son capaces de saltar grandes distancias, o de subir a sitios hasta inalcanzables para ti. De repente un gato, parece, que puede volar, pero ¿qué sucede cuando el gato desarrolla una enfermedad o sufre un accidente que requiere la amputación de una extremidad?
La amputación de un miembro no es un procedimiento que termine con la vida de un gato. Los gatos son capaces de adaptarse muy rápido, tanto que incluso al día siguiente de la operación, muchos querrán empezar a moverse por su territorio. La amputación es, a menudo, mucho más difícil para los dueños de los gatos que para la propia mascota. En el fondo, el animal necesitará un tiempo para adaptarse a la nueva situación pero, te sorprenderá lo rápido que lo hará.
Sólo debes recordar que los gatos aprenden por ensayo y error, así que estarán constantemente forzando sus fuerzas para conseguir lo que se han propuesto. De todas formas, cuando la amputación del miembro se vaya a realizar puedes seguir algunos de los consejos que a continuación te damos:
– Después del accidente, si tu veterinario te comenta el tema de la amputación, lo mejor es que pidas una segunda opinión.
– Si te permiten verle nada más terminar la operación lo mejor es que estés para que el animal, cuando despierte de la anestesia se sienta más tranquilo al oír tu voz.
– Habla con el veterinario para saber el tratamiento posterior: dolores, antibióticos, etc.
– Para que vaya aprendiendo a moverse, mantenle dentro de la casa. No le abras las ventanas o le dejes salir al jardín si ves que todavía no es ágil en los movimientos.