El Pura Sangre Inglés es sin duda el caballo más veloz del mundo, además de uno de los más bellos. Este caballo tiene su origen en Gran Bretaña, donde, en el siglo XVII, deseando crear una raza de caballos veloces y resistentes se cruzaron las razas árabes Darley Arabian, y Godolphin Arabian con el Byerly Turk, un caballo corredor inglés.
Son caballos muy nerviosos y sensibles, por lo que los jinetes deben saber tratarlos y tranquilizarlos. Su alzada suele estar en torno a los 164 centímetros y su capa se puede encontrar en distintos colores como alazán, colorado tordillo y tordillo chancaco, retinto, colorado o ruan.
Esta raza se caracteriza porque tiene más fuerza en los riñones que los caballos normales, lo que les proporciona una mayor potencia en el galope. Por otra parte, las ollas de la nariz son grandes, por lo que pueden oxigenarse con facilidad en plena carrera.
El Pura Sangre es, como se ha dicho, el caballo más veloz, y se ha constatado que existen ejemplares que pueden alcanzar una velocidad de 77 kilómetros /hora de media.
Normalmente se les comienza a entrenar para las carreras cuando cumplen el primer año, haciendo que poco a poco se acostumbre primero a la silla y después al jinete. Esta simbiosis entre caballo y jinete es muy profunda en el caso del Pura Sangre Inglés, y si su jinete sabe montarlo resulta un caballo que responde muy bien a las órdenes, siendo por tanto muy fácil de manejar.