El inquieto Boykin Spaniel


Esta raza, perteneciente al grupo de los Spaniels, es muy reciente, ya que nació en torno a 1911, cuando en Carolina del Sur, Alexander White se encontró un perro pequeño y lo acogió como mascota. Un tiempo después se lo prestó a un amigo suyo cazador, L. Whitaker Boykin, quien lo entrenó como cazador y cobrador tanto en agua como entierra. Después de varios cruces con diferentes razas como el Springer Spaniel, el Cocker Spaniel o el Pointer, entre otras, nació el Boykin Spaniel tal como lo conocemos ahora.

Se trata de un perro dócil y leal, que se lleva muy bien tanto con los niños como con otras mascotas, con los que no suele tener ningún problema. Si somos cazadores, encontraremos en el Boykin Spaniel a un compañero incansable, que derrocha un entusiasmo desbordante y que siempre está dispuesto a acompañarnos en nuestras cacerías.

Es además de un perro muy inteligente, al que es muy fácil enseñar, pero dado su carácter sensible, deberemos entrenarlo motivándole, ya sea con juguetes o con algún premio de comida y nunca castigándole, ya que en este caso se negará a aprender cualquier cosa que le queramos enseñar.

Son perros robustos, de tamaño mediano y que, como la mayoría de los Spaniels, tiene las orejas largas. Su pelo es corto y liso, ligeramente ondulado, en color marrón o chocolate oscuro, aunque puede presentar algunas manchas blancas en el pecho o en las patas.

El Boykin Spaniel no es el perro más aconsejable si vivimos en un apartamento, a menos que vivamos cerca de parques y jardines y que podamos proporcionarle una gran cantidad de ejercicio diario. Aunque puede adaptarse a pasar tiempo solo, necesita que juguemos con él y lo estimulemos mentalmente, ya de de lo contrario se aburrirían y adoptarán conductas destructivas.

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