El axolote


Si hay una mascota exótica cuyo aspecto es realmente extraño es, sin duda el axolote. La tenencia de este animal de aspecto prehistórico se ha popularizado enormemente en los últimos años, debido a que no necesitan mucho espacio y son fáciles de alimentar.

Los axolotes son anfibios que pertenecen a la familia de los Ambystomidaes . Son animales fuertes y resistentes que pueden llegar a medir treinta centímetros cuando son ejemplares adultos. Su piel no tiene ni escamas ni caparazón y sus extremidades son cortas, aunque no se ayuda de ellas para desplazarse, sino de un pliegue cutáneo que recorre su lomo y le permite desplazarse a gran velocidad.

Su sistema inmunológico es muy resistente, pero lo que le hace realmente peculiar es su capacidad de regenerar por sí mismo su sistema nervioso, el corazón o cualquiera de sus miembros. Por ello raramente enferma y suele vivir en torno a los 25 años.

Sus dientes son muy rudimentarios, por lo que no puede masticar ni desgarrar, por lo que debe alimentarse de presas adecuadas al tamaño de su boca. Es carnívoro y puede alimentarse tanto de animales vivos como peces, insectos o renacuajos como de comida seca que podemos adquirir en tiendas especializadas. Si decidimos alimentarle de este modo deberemos asegurarnos de que sea una comida seca que flote, ya que de lo contrario podría enfermar si se traga el sustrato que se deposita al fondo del acuario.

Lo ideal es que la temperatura del agua no supere los 20 grados. En ese caso es suficiente con alimentarlo tres veces a la semana, pero si la temperatura del agua es más alta, deberemos alimentario diariamente.

También podemos alimentarle con carne, pero no debemos olvidarnos de limpiar los restos que no haya comido, porque de lo contrario se descompondrían y ensuciarían el agua.

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