Solemos pensar que los perros están bien protegidos del sol gracias a su pelo, y en general suele ser así. Sin embargo, si somos propietarios de perros de pelo corto debemos tener en cuenta de que si por cualquier causa el pelo no cubre bien la piel del perro, esta puede sufrir quemaduras si el animal pasa demasiado tiempo al sol. Lo mismo ocurre si tenemos perros de piel muy clara y sin demasiada densidad de pelo, como ocurre en el caso de los caniches blancos, los Pitbull y los Dálmatas, así como otras especies que son especialmente sensibles al sol debido al color de la piel de su cara y a su pelaje blanco.
Aunque nos resulte raro, los perros necesitan protección solar al igual que nosotros. Por ello si vas a pasar un día en la playa o la montaña con tu amigo, debes aplicarle una crema con factor de protección 15 o mayor en zonas como las puntas de las orejas, el borde del hocico, dentro de las patas y en el estómago.
Recuerda que, en el momento que le pongas la crema el perro intentará lamerla, por lo que debes buscar una que no tenga componentes que puedan resultar tóxicos para tu mascota. El veterinario te asesorará sobre cuál es la mejor.
Debes evitar que el perro permanezca al sol durante las horas en que es más intenso, entre las doce y las cuatro, aproximadamente. Si por cualquier causa el animal hubiera pasado demasiado tiempo al sol y se ha quemado, dale un baño de veinte minutos de agua fresca (no helada), para aliviar el escozor de las quemaduras. Si el animal sigue molesto, puedes aplicarle un poco de Aloe Vera puro en las quemaduras.