Muchas personas inician todo el proceso para poder llevarse a casa gatos callejeros que se han encontrado o bien han sido rescatados por las diferentes protectoras de animales. Es un gesto muy positivo, porque estos animales van a poder tener un hogar, pero hay que ser consciente de que la adaptación de un gato que ha vivido en la calle al nuevo entorno conlleva una serie de aspectos que conviene conocer. ¿Qué hay que hacer?
Paciencia
Cuando se adapta un gato callejero, lo primero que hay que tener es paciencia porque el gato necesita tiempo para su adaptación y darse cuenta de que ya no va a vivir en la calle como hasta ahora había venido sucediendo.
Para favorecer esta adaptación, un buen consejo es empezar por dejarle en un entorno tranquilo con todo lo que precisa para comer, beber, descansar, arenero… con el fin de que este cambio no le genere estrés. Es una zona que se debe pensar bien porque será el “territorio” del gato y lo que le haga sentirse seguro.
Rutinas
El gato también tendrá que aprender una serie de rutinas. Y aquí nuevamente hay que tener paciencia. En estos casos, lo que se puede hacer es ir enseñándole poco a poco las rutinas para comer, beber, usar el arenero… para que no se sienta obligado y continúe estando tranquilo.
Contacto
A la hora de establecer contacto con el gato, hay que tener cuidado. Si se quiere acariciar, se debe hacer suavemente pero, si el minino bufa o araña, entre otras posibles reacciones negativas, es mejor dejarlo tranquilo.
También hay que tener en cuenta que no es bueno mirar a los ojos al gato ni hablarle desde su altura. La clave está en que la mirada de los humanos puede ser vista por la mascota como una amenaza. Si hay que mirarle, es mejor entornar los ojos.
Para hablarle, conviene mantener las distancias y empezar a comunicarse con él desde una posición que pueda ver a la persona bien y manteniendo las claves de la posición de los ojos. Las palabras deben transmitirse de forma suave.
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