Cómo corregir a nuestro perro


Educar a nuestro perro no siempre es fácil y suele ser necesaria una gran dosis de paciencia para hacerlo. Lograr que camine a nuestro lado sin tirar de la correa como un desesperado, que se siente en los cruces, que no mordisquee todo lo que encuentra por la casa o que no ladre como un loco nos va a llevar tiempo, deberemos ser constantes y, sobre todo, deberemos saber cuándo y cómo corregir a nuestra mascota.

En principio deberemos tener en cuenta que los perros responden mejor al refuerzo positivo, por lo que, siempre que podamos, le deberemos premiar, de modo que el perro asocie que esa es la conducta correcta y la repita. Podemos hacerlo bien con comida, con palabras de halago, caricias… de ese modo, será más sencillo modificar las conductas no deseadas.

A la hora de corregirlo, por muy enfadados o desesperados que estemos, es esencial recordar que no sirve de nada gritar como un loco o pegar al perro, ya que lo único que lograremos es asustar al animal y que nos tenga miedo, además de poder causarle daño, sin lograr que entienda que lo queremos es cambiar el comportamiento.

Cuando el perro realice una conducta que queremos corregir, como ladrar, morder cosas o hacer sus necesidades en casa, una de las medidas más efectivas es, en primer lugar, detener inmediatamente la conducta, con un seco ¡No!

A continuación, nos ponemos de pie, delante de él, dándole la espalda, retirándole la atención, girándonos para darle la espalda cuando el perro intente reclamarla de nuevo. Haremos esto sólo durante un minuto, de forma que el animal fije en su mente que estamos enfadados por su comportamiento pero sin hacer nunca que el animal se sienta rechazado.

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