Originalmente nativos de Tailandia, los gatos siameses han sido una de las razas más populares de gato oriental, en América del Norte y Europa, desde el siglo XX. Esta raza comienza a conocerse fuera de Asia a finales de 1880, cuando los diplomáticos y los líderes de países extranjeros trajeron estos gatos como regalos a sus familiares y amigos.
La raza del gato siamés llegó a su pico de popularidad en la década de los años 50-60, cuando muchos criadores de gatos comenzaron con una cría selectiva. Después de décadas de cría controlada, los actuales gatos siameses tienen un aspecto más bonito y elegante. Todos aquellos que quieran tener un siamés en casa deben saber que hay más de 12 especies de felinos que provienen de esta raza.
Al nacer, todos los gatos siameses son blanco y negro, sin embargo, a medida que se van haciendo mayores, van cambiando su color y textura. La mayoría de los tradicionales gatos siameses son de color negro, con algún parche de color diferente. Pueden variar en el color de su hocico. Su cuerpo suele ser delgado y elegante. Se caracteriza por tener una cara triangular, hocico puntiagudo, ojos de diferentes colores, cola delgada y pelo corto, fino y brillante.
Suelen ser muy sociables hasta con los niños. Debido a que son muy amistosos, son más fáciles de entrenar. Eso sí, hay que recordar que si no reciben las atenciones necesarias pueden mostrar la inquietud y un comportamiento inusual. Es importante que reciban contacto humano a diario. El simple hecho de llamarles hará que se sientan eufóricos.