La raza Burmilla es originaria de Gran Bretaña, fruto de un cruce accidental entre un gato Persa chinchilla y una gata Burmesa lila, y pertenece a la raza de gatos asiáticos de pelo corto.
Es un gato de tamaño mediano, que pesa entre 4 y 7 kilos. Tiene una larga cola que termina en una punta redondeada. Las orejas también son redondeadas, ligeramente alargadas. Sus ojos son oblicuos y de tonos verdes, y le confieren un aire misterioso.
El pelo del Gato Burmilla es corto y sedoso, y con volumen; si observamos su frente, veremos una marca característica de esta raza en forma de M. El color del pelaje de estos gatos es blanco, con el extremo del pelo de otro calor, que puede ser variado: azul, negro, chocolate, rojo, lila, tortuga y crema. Dependiendo de cómo esté distribuido este color, podemos encontrar dos variedades distintas de Burmilla:
– Tipped: si la parte de color se limita a la punta del pelo.
– Shaded: si la parte coloreada se extiende hasta la mitad del pelo.
Estos gatos tienen un carácter muy sociable, por lo que están especialmente indicados para convivir con niños. Son afectuosos, cariñosos y no les importa pasarse horas y horas jugando. Disfrutan de los mimos y las caricias de sus dueños y no tienen problemas a la hora de compartir su hábitat con otros animales, ya sean gatos u otras mascotas. También son perfectos para convivir con las personas mayores porque son bastante tranquilos.
Se adaptan muy bien a vivir en pisos, aunque si tienen la oportunidad, no desprecian un buen paseo por los alrededores.
Aunque su pelo es corto, no debemos olvidarnos de cepillarlos y bañarlos con regularidad, pero sin demasiada frecuencia.