En los concursos de agility solemos ver participando a perros de tamaño mediano o pequeño, como los border collie o los cocker spaniel. Sin embargo, muchos propietarios de perros grandes, como los gran danés, también desearían practicarlo, dada la cantidad de beneficios que este deporte tiene tanto para el perro como para su amo.
A la hora de practicar agility con un perro grande deberemos tener en cuenta tres áreas que pueden ser problemáticas para el animal:
– Los túneles, que un perro pequeño o mediano puede recorrer con facilidad, pero que obligarán a un perro grande a doblar las rodillas, lo que puede crear incomodidad al animal y hacer que rechace el obstáculo.
– Los palos ondulantes: En ellos los perros tienen que correr un slalom a toda velocidad, y suelen tener una altura de mínima de 76 centímetros. Si nuestro perro es más alto que los palos corre el riesgo de golpearse el vientre con ellos al realizar el ejercicio y sufrir algún daño.
– La pasarela y el balancín. Probablemente son las dos estructuras que más riesgo entrañan para un perro grande, dada las estrechas dimensiones de las pasarelas, que le obligarán casi a ser un funambulista, con lo cual el perro puede caerse de la misma y romperse una pata.
Sin embargo, no por ello hemos de darnos por vencidos. Lo mejor es contactar con una asociación de agility de nuestra localidad, donde podamos participar en las actividades pero sin utilizar los obstáculos que pueden poner en peligro la integridad física de nuestra mascota.
También podemos buscar un club de agility para perros grandes. Son muchos los amantes de los perros de gran tamaño, por lo que no será difícil encontrar uno próximo a nuestra residencia. Estos clubes cuentan con el equipamiento adecuado para que nuestro perro practique su deporte favorito con total seguridad.