La filariosis canina es una enfermedad que produce un parásito y que puede tener graves consecuencias en la salud del perro, conociéndose también como «gusano del corazón» ya que es en ese órgano en el que el parásito se aloja para atacar a tu mascota. Es muy importante poder hacer un diagnóstico temprano para que su salud no se vea muy afectada y se le pueda poner remedio de forma inmediata.
Un perro con filariosis puede incluso morir por culpa de este enfermedad si no recibe un tratamiento adecuado a tiempo, por eso su diagnóstico temprano es tan importante. Puede contagiar a otros perros y también a gatos, pero no a las personas.
Su aparición
Esta enfermedad aparece en el momento en el que un mosquito que esté infectado con ella pica al perro, y a través de su saliva depositará las larvas del parásito en el cuerpo del can. Entonces, las larvas comenzarán a desarrollarse debajo de su piel, viajando por las venas hasta el corazón, en donde se convertirán en gusanos adultos que pueden llegar a medir 30 centímetros si no se para su crecimiento.
Tratamiento y cura
Si la enfermedad está en su fase inicial, se puede curar con un tratamiento específico que determinará el veterinario. Lo más habitual es poner varias inyecciones para su tratamiento, cada una de ella con un coste de unos 100 euros pero está claro que en la salud de nuestra mascota no vamos a escatimar. Son muy eficaces y tienen un efecto antiparasitario muy bueno, acabando así con todos los parásitos que haya en su cuerpo e incluso con los que ya han llegado al corazón.
También se utilizan pastillas antiparasitarias para poder eliminar todas las larvas que haya en su cuerpo, las cuales tienen efectos secundarios que pueden ser perjudiciales para el perro. Estos efectos son el riesgo a que se formen trombos, pero peor es arriesgarse a que el perro se muera al no hacer nada por curarlo. Durante la fase de tratamiento, es muy importante que el perro esté en reposo el máximo tiempo posible.