Pocos animales han inspirado tantas leyendas como el elefante, sobre todo en torno a su sabiduría, su inteligencia y su fuerza. Su andar calmado, su capacidad para sobrevivir a las condiciones más extremas y sus dotes de comunicación entre los diversos miembros que componen la manada lo convierten sin duda en un animal fascinante y cuanto más los observamos más podemos observar en ellos curiosidades que, sin lugar a dudas, nos sorprenderán.
Aunque nos parece que el elefante apoya toda la pata en el suelo para caminar, realmente sólo apoyan la punta de los dedos. Lo que a nosotros nos parecen sus pies es realmente un tejido duro y esponjoso que absorbe el peso del elefante cuando éste camina. Al igual que nosotros, poseen cinco dedos, pero sólo tres de ellos tienen uñas.
Sus piernas también son muy curiosas, ya que los elefantes poseen cuatro rodillas, a diferencia de la mayoría de los cuadrúpedos, que sólo tienen dos. Esta adaptación sin embargo les impide poder galopar o trotar o saltar. Tan sólo pueden acelerar su paso, pudiendo llegar entonces a moverse a unos 40 kilómetros por hora.
Para utilizar su trompa, el elefante debe utilizar más de 100 músculos. Dado que es un órgano que los elefantes utilizan con gran precisión, necesitan varios años de aprendizaje antes de dominar su manejo por completo. La trompa es muy sensible y es lo que confiere el sentido del tacto al animal. La precisión con la que manejan la trompa es increíble, ya que pueden desde coger un vaso de cristal sin romperlo a levantar con ella hasta 270 kilos de peso.
Los elefantes tienen el periodo de gestación más largo de todos los mamíferos, 22 meses. Y no es de extrañar, si tenemos en cuenta que los recién nacidos pesan alrededor de 115 kilos cuando nacen.
Son 22 meses, no semanas… saludos!!!
Tienes razón, Cari. Gracias por la observación. Ya está cambiado.