La raza de gatos Tonquinés es una de las que ha nacido más recientemente, ya que tiene su origen en Canadá, en los años 70, a partir de un cruce entre gatos siameses, y burmeses. De este cruce nació un gato de gran resistencia en el que no siempre es fácil apreciar la ascendencia del siamés, ya que la máscara propia de esta raza suele ser mucho más difusa en el gato Tonquinés.
El cuerpo del gato Tonquinés es delgado, de tamaño medio. Sus ojos son de un color verde-azul intenso que, a la luz, se hace más claro. Su pelaje es corto, suave y brillante y lo podemos encontrar en cinco variedades diferentes:
– Visón champagne, con capa marrón-amarillenta y marcas de color marrón claro.
– Visón platino, de capa gris con marcas más oscuras.
– Visón natural, de capa marrón con extremos marrón oscuro.
– Visón miel, de capa marrón profundo con marcas de color chocolate.
– Visón azul, de capa azul-gris con marcas azules.
A diferencia de muchos otros gatos, el Tonquinés es muy extrovertido, y le gusta estar con gente y disfruta de la compañía de los humanos. Es también un gato muy cariñoso, dulce e inteligente y disfruta compartiendo momentos de juego con sus dueños.
Le gusta mucho hacer ejercicio y jugar, actividad a la que dedica la mayor parte del tiempo. Sin embargo, puede vivir sin ningún problema tanto en casas con jardín como en pisos, aunque prefiere los exteriores, que le permiten dar rienda suelta a su curiosidad.
Para cuidar su pelaje no es necesario cepillarlo ocasionalmente. Sólo lo bañaremos y cepillaremos de forma ocasional, aunque normalmente el animal se mantendrá completamente limpio.
Si los mantenemos en buen estado de salud, porque son gatos longevos.