El alojamiento de los conejos


Si nos decidimos a tener un conejo como mascota, antes de nada tenemos que pensar en darle un alojamiento apropiado donde el animal se pueda sentir tranquilo y a salvo. Si tenemos espacio suficiente, podemos construirle una casita de madera, pero si el espacio con el que contamos es limitado, no hay problema en que el animal viva en una jaula.

Si es así, lo primero que debemos tener en cuenta es que tiene que ser lo suficientemente grande para que el conejo se sienta a gusto y no se le quede pequeña. Esto es más importante aún si compramos el conejo cuando es pequeño y crece con nosotros.

Si tenemos un pequeño jardín, podemos ubicar la jaula en el exterior, ya que los conejos se adaptan bien al exterior, pero siempre dejando una zona a la sombra donde el conejo se pueda resguardar del calor, ya que lo toleran peor que el frío. Si la tenemos en el interior de casa, la jaula debe estar bien ventilada y con cuidado de que no esté demasiado cerca de la calefacción.

Para que esté cómodo, podemos cubrir el suelo de la jaula con papeles de periódico y poner encima virutas de madera o bien ponerles un poco de heno seco, lo que le hará disfrutar, ya que a los conejos disfrutan mordisqueando esta hierba.

Es muy importante que no olvidemos colocar un bebedero, para que el animal tenga siempre a su disposición agua fresca, para que se mantenga continuamente hidratado. Si observamos que deja de beber es necesario que lo llevemos al veterinario, porque esto sólo ocurre cuando el animal está enfermo.

No debemos olvidar que el animal necesita hacer ejercicio todos los días, por lo que deberemos dejarlo pasear por casa, pero siempre asegurándonos de que no tiene a su alcance cables u objetos afilados con los que se pueda hacer daño.

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3 comentarios

  1. Si no se puede tener un conejo ( o cualquier otro animal ) con unas condiciones mínimas de habitabilidad ; es mejor no tenerlo, es un ser que nos va a aportar mucho conocimiento si somos respetuosos con él. Por lo tanto no se debe mantener a un conejo siempre en una jaula, mucho menos ponerle periódicos en contacto con él, porque los muerde y come ( la tinta del periódico es el mayor tóxico que envenena nuestras vidas ), y, ante todo, permitir su personalidad interactuando con nosotros, puesto que lo que se persigue es apaciguar nuestra intransigencia anímica, reflejando nuestras carencias en un ser diferente morfológicamente a nosotros.

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