Seguramente más de una vez te habrás quedado mirando las musarañas, y aunque es una expresión que a todos nos resulta muy familiar, pocos realmente sabemos a qué tipo de animal nos estamos refiriendo al hablar de ellas.
Las musarañas son mamíferos que pertenecen al orden de los sorícidos. Son animales pequeños que se pueden encontrar por todo el mundo. Tienen los ojos pequeños y un hocico muy pronunciado cubierto de bigotes muy sensibles. Están emparentadas con los topos, aunque por su aspecto también presentan similitudes con el ratón.
Se han catalogado hasta 264 especies de musarañas, algunas de ellas subacuáticas, aunque la mayoría son terrestres. La que podemos encontrar en España es la musaraña gris o común. Suele encontrarse en los bosques de hoja caduca y en los situados a la orilla de los ríos, pero es un mamífero que se adapta muy bien a cualquier tipo de entorno, por lo que también se la puede encontrar en lugares como cuadras o cortijos, donde comparte espacio con el ser humano.
La musaraña es una especie insectívora, aunque completa su dieta con otras presas como lombrices, caracoles, gusanos, reptiles e incluso a veces se la ha visto cazar pequeños mamíferos, y a veces también se alimenta de plantas o raíces. Excavan sus madrigueras que y las cubren con vegetación, donde tienen a sus crías, unas seis por camada. El periodo de gestación dura entre 27 y 33 días. En libertad, las musarañas no suelen vivir más de un año, aunque en cautividad pueden vivir hasta cuatro años.
Tienen pocos depredadores, ya que poseen unas glándulas odoríferas que emiten un olor desagradable, lo que la convierte en una presa poco apetitosa para la mayoría de ellos. Su depredador más habitual es la lechuza, que al tener menos sentido del olfato no se ve afectada por el olor que emite la musaraña.