Mastiff, el guardian silencioso


Si te gustan los perros grandes, el Mastiff sin duda será un gran compañero para ti. Se trata de una raza originaria de la Gran Bretaña, y su origen es muy antiguo, ya que se han encontrado ya dibujos que representan a esta raza en relieves que datan de hace más de 2000 años, y se cree que entre sus antepasados se encuentran en Mastín Tibetano y el San Bernardo. En un principio se usó como perro de guerra también para luchar contra los toros y los osos.

Tiene el pelo corto y liso y lo podemos encontrar en diferentes colores, como son albaricoque, plata, leonado y atigrado, pero siempre con máscara negra.

Aunque es un perro de guardia, es muy tranquilo y raras veces ladra, por lo que se le conoce también como el guardián silencioso.

Cuando se aproxima un intruso, el perro tiene más tendencia a acorralarlo en una esquina o a mantenerlo alejado de la familia que a atacarlo. A pesar de su gran tamaño, es un perro ideal para los niños, ya que es muy paciente y considerado con ellos. A esto se añade que es un perro inteligente, calmado y dócil.

Sin embargo también es un perro fuerte y poderoso, con gran autoconfianza, por lo que su amo, debe tratarlo de forma calmada, pero firme y con autoridad, o de lo contrario puede ser difícil de entrenar. Para evitar que sea demasiado posesivo con la familia o la vivienda debe ser socializado desde cachorro.

Es un perro que necesita mucho ejercicio para rebajar su energía tanto física como mental y de ese modo evitar conductas destructivas en casa. Puede vivir bien en un piso siempre que haga suficiente ejercicio.

Para cuidar su pelaje es necesario usar un cepillo de cerdas firmes, y utilizar después una toalla húmeda para quitar el pelo muerto y que se aprecie su brillo natural.

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