Todo dueño quiere a su mascota y le encanta acariciarla, pasar tiempo con el animal de compañía… pero también hay que ser conscientes de que los perros pueden transmitir determinadas enfermedades a los seres humanos. Una de ellas es la brucelosis. Es una enfermedad que no siempre presenta síntomas, aunque hay que estar atento a una serie de señales en el perro y en la persona.
La enfermedad
La brucelosis es una patología que afecta al aparato reproductor de los perros. Es una enfermedad que puede transmitirse a los humanos, siendo los veterinarios o personas que trabajan con animales los colectivos con mayor riesgo de contagio.
Esta enfermedad se contagia en las hembras por la vía venérea, mientras que en los machos se halla en la orina, saliva, líquido nasal y ocular, excrementos y semen. Además, es una patología que puede afectar a cualquier perro, con independencia de su edad, sexo o raza.
En realidad, el contagio no es fácil, pero sí puede producirse por descuidos al retirar excrementos caninos o fetos abortados.
Síntomas en el perro
La brucelosis no siempre presenta síntomas. No obstante, hay que estar atentos a una serie de señales. En el caso del perro, es importante observar si tienen alguna inflamación en los ganglios linfáticos que se localizan en las mandíbulas y en las inglés.
Además, los machos pueden experimentar otros síntomas como la inflamación de los testículos. Estas señales, que se presenten en la fase aguda de la enfermedad, son más evidentes conforme avanza la brucelosis, llegando a atrofiar los testículos.
En el caso de las perras, la brucelosis suele detectarse por los abortos espontáneos. Esta es la primera señal inequívoca de que padece esta enfermedad.
Y, ¿qué sucede en las personas? Los síntomas son bastante comunes porque la brucelosis se manifiesta a través de fiebre, dolores musculares y fatiga. Además, procede una inflamación en el hígado e, incluso, puede afectar al sistema nervioso.
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