La relación entre los gatos y el agua es un tanto complicada. Y no solo en cuanto al baño se refiere, sino también a la hora de beberla para mantener su organismo hidratado. En muchas ocasiones, la aversión al agua hace que ni siquiera la beban, a pesar de tener sed, o bien no tomen la cantidad suficiente. Esto lleva a que su organismo se deshidrate. Pero, ¿cómo se sabe si el gato está bien hidratado o tiene deshidratación? Lo mejor es siempre prestar atención a una serie de síntomas.
Señales
Uno de los principales indicios de que el gato está deshidratado es su piel. Sin embargo, no sirve fijarse en cualquier parte de su cuerpo. La clave está en su pliegue cutáneo. Es decir, que hay que pellizcarle la piel para ver el nivel de hidratación de la misma.
Este sistema, que es el que emplean los veterinarios, indica el nivel de deshidratación, que puede ser leve, moderado o severo. No hay que caer en el error de pensar que para que el gato esté muy deshidratado ha tenido que perder mucha cantidad de agua. A este último nivel se llega con tan solo una pérdida del 10% de su peso en agua. Es un porcentaje que es más que suficiente para que la vida del minino esté en peligro.
No obstante, cuando la deshidratación es severa, el gato suele presentar otros síntomas ya que, en general, no suele moverse, tiene mucho sueño y no tiene fuerza para desarrollar su actividad diaria.
La deshidratación, con independencia del nivel, también se nota en que su piel es menos elástica y más áspera. Además, los músculos parecen mucho más duros.
Otros síntomas
Aparte de en la piel, el gato muestra otros síntomas de deshidratación que son evidentes, por ejemplo, en sus encías. En ellas, se observa que ya no tienen la saliva necesaria y que están más secas y pegajosas de lo habitual.
Y, por supuesto, la deshidratación también se nota en sus ojos, que se vuelven más hundidos, además de producirse un entumecimiento de los músculos que sujetan la cara, lo que hace que cambie la configuración de sus rasgos.
Igualmente, se observará que el gato pierde peso, orina menos y que está, en general, más frío, notándose ese descenso de la temperatura, sobre todo, en sus extremidades.
Artículos relacionados: