Además de seguir una dieta equilibrada, es importante que los animales beban la cantidad suficiente de agua. Como sucede en las personas, la hidratación es clave para que la mascota se sienta bien y su estado de salud no se vea afectado por no beber agua. Pero, ¿cómo se sabe si los perros y gatos toman la suficiente? ¿Qué sucede si no beben la cantidad recomendada?
La importancia del agua
Tanto los perros como los gatos tienen que beber agua. La cantidad que beben es especialmente importante porque les ayuda a regular la temperatura, ya que estos animales de compañía no sudan.
Además, el agua favorece sus digestiones, así como a eliminar desechos. Otro de sus beneficios y por los que es importante que beban es que los tejidos de su organismo están mejor lubricados.
Sin embargo, a pesar de su importancia, es habitual que perros y gatos no beban la suficiente cantidad de agua diaria. Esto genera problemas en su salud, incluso, en el corto plazo.
De hecho, los animales de compañía que no toman la cantidad necesaria de agua son más propensos a tener cálculos urinarios, producir menos leche originando problemas con las camadas y a padecer alteraciones en la osificación.
Los efectos también se dejan sentir más a largo plazo a través de un menor crecimiento y mostrando una menor vitalidad. En los casos más extremos y, sobre todo, cuando las temperaturas son muy elevadas, se llega a la deshidratación que, a su vez, puede conducir a la muerte.
Cantidad
Vista la importancia de tomar agua, ahora la pregunta que surge es si el perro o el gato toma suficiente cantidad. Para saberlo, existe un truco que es muy fácil. Tan solo hay que pesar la comida seca que toman y multiplicar esta cantidad por 2,5. El resultado es la cantidad que precisaría la mascota.
No obstante, esta cantidad puede verse modificada en función de otros factores como la temperatura ambiente, tener determinadas enfermedades, el ejercicio físico que realiza la mascota o si está o no lactando, entre otros.
Un motivo por el que siempre se recomienda que tengan agua disponible, que esté limpia y fresca para que puedan ir bebiendo conforme sientan ellos mismos la necesidad de beber y siempre controlando la cantidad tomada.
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