Independientemente de cómo alimentemos a un perro, hay que cuidar que por lo menos su dieta cuente con una serie de ingredientes esenciales, porque una dieta equilibrada con nutrientes de alta calidad es vital para su buena salud. Los componentes esenciales de una dieta canina correcta son las proteínas y las grasas, sin olvidar un aporte de fibra. En las etiquetas de todos los alimentos para mascotas podemos observar la cantidad de estas sustancias que aportan a nuestro animal.
Las proteínas son moléculas complejas formadas por varios aminoácidos, que son los bloques de construcción de todos los tejidos del cuerpo y de todos los enzimas que facilitan las relaciones químicas del cuerpo. La mayor fuente natural de proteínas es la carne, pero, al igual que los humanos, los perros pueden obtener los aminoácidos esenciales que necesitan a partir de proteínas vegetales.
Las grasas contienen ácidos grasos esenciales. Son energía densa, con el doble de calorías por gramo que las proteínas o los hidratos de carbono; su aroma y su sabor además las hace muy apetecibles para los perros, y son imprescindibles para transportar las vitaminas. Los perros suelen preferir la grasa animal, pero la vegetal puede resultar igual de nutritiva. Por ejemplo, el aceite de linaza tiene beneficios nutricionales prácticamente idénticos a los del aceite de pescado.
La fibra es una parte natural de la dieta del perro, y necesaria para una buena digestión y unas deposiciones sólidas; la fibra absorbe el agua y transporta las vitaminas solubles por el cuerpo. La cantidad de fibra necesaria varía según la edad y el estilo de vida del perro.