Las mudanzas siempre son pesadas y agobiantes, pero si encima hay mascotas de por medio, pueden suponer algunos problemas para el animal en cuestión, especialmente si se trata de un gato, ya que este es un animal muy territorial que establece fuertes lazos con el hogar.
Como el otro día ya te contamos todos los riesgos que pueden tener las mudanzas para los gatos, hoy queremos darte algunos consejos para que el cambio no sea perjudicial para el felino que, incluso, puede llegar a enfermar. Por tanto, si tienes pensado cambiarte de domicilio dentro de poco, te recomendamos que no te pierdas nada de lo que te contamos a continuación.
Un espacio donde se sienta a salvo
Antes de ponerte manos a la obra con todo lo que supone una mudanza (guardar cosas en cajas, trasladar muebles, embalar…), te recomendamos que habitúes un espacio en el que hasta ahora ha sido tu hogar donde el animal pueda sentirse protegido. Aquí deberás instalar todo lo que tu mascota necesita: comida, agua, arenero, juguetes… También es buena idea colocar una radio o una tele para que el felino no se agobie con los irremediables ruidos del traslado. Lo mismo deberás hacer en el nuevo hogar.
No te olvides de pasar tiempo con tu mascota
Sabemos que durante una mudanza apenas se tiene tiempo libre, pero debes de sacarlo de donde sea para pasar un rato con tu mascota, acariciándolo, cepillándolo y jugando con él.
En la nueva casa
Por otro lado, es importante que te asegures de que la nueva vivienda va a ser segura para el gato: que no tenga ventanas inseguras, cables desprotegidos… Una vez instalados, deberás dejar que el animal explore la casa a su antojo. Si ves que no sale de él, es buena idea que le enseñes tú cada habitación. Por supuesto, deberás adaptar la residencia para que el animal se sienta feliz. En nuestro artículo “La vivienda perfecta para el gato” te ofrecemos algunos prácticos consejos.