Aunque a ninguno de nosotros nos gusta tener que utilizar el bozal con nuestro perros, existen ocasiones en las que éste es necesario. El uso en estos casos no es en absoluto para castigar al animal, sino para prevenir conductas que pueden ser dañinas para él o para otros o en cumplimiento de la normativa actual en torno a las razas potencialmente peligrosas, para las que obligatorio utilizar el bocal siempre que salgan a pasear a la calle.
También lo utilizaremos para proteger al animal en caso de que tengan la costumbre de ingerir excrementos u otras substancias que puedan poner en peligro sus salud. Normalmente este comportamiento se debe a que el animal sufre ansiedad o que la dieta que le proporcionamos no le ofrece todos los nutrientes necesarios e intenta obtenerlos de otro modo. Hasta que solucionemos cualquiera de estas dos situaciones, es necesario que protejamos al animal con bozal para protegerlo.
A veces también es necesario que los animales lo utilicen cuando acuden a la consulta del veterinario, sobre todo si el perro es nervioso o ha tenido alguna mala experiencia en al consulta.
En este caso, el bozal es necesario para que el profesional veterinario pueda examinar y cuidar al animal sin que el perro le muerda o sin que ataque a sus dueños.
También se utilizan bozales mientras se está adiestrando al animal, para corregir su conducta, aunque esta práctica cada vez disminuye más a favor del refuerzo positivo s decir, premiar las conductas cuando sean correctas e ignorar las que sean incorrectas.
El bozal más cómodo para el animal es el que tiene forma de canastilla, que le resulta más cómodo y le permite abrir el hocico sin representar un peligro para él mismo ni para los demás.