Leyendas sobre los gatos a lo largo de la historia


Probablemente en torno a pocos animales han surgido tantas leyendas como ha ocurrido con los gatos. Sus hábitos nocturnos, su capacidad de moverse en silencio y de esperar pacientemente durante horas a su presa han inquietado a muchos, lo que ha llevado a muchos a atribuir poderes casi sobrehumanos a este animal, relacionándolo con el mundo de los espíritus y la brujería.

Ya en el antiguo Egipto era considerado un animal sagrado, y, cuando moría lo momificaban y lo enterraban en compañía de ratones para que tuviera alimento en el más allá. Su cualidad de sagrado derivaba de la creencia de que los espíritus de los muertos se encarnaban en este felino y dentro de sus divinidades se incluía la diosa Bastet, representada con cuerpo de mujer y cabeza de gato.

Para los celtas, los ojos del gato eran la representación de las puertas que permitían el acceso al reino de las hadas.

Sin embargo, esta concepción de animal venerado y casi mágico cambió en la edad media, especialmente en torno al gato negro, considerado un símbolo de mala suerte por muchos, leyenda que deriva de la creencia de que el gato negro era el animal de compañía preferido por las brujas, que lo utilizaban para realizar sus hechizos. Por ello cruzarse con un gato negro era signo de desgracia segura. También se creía que si, antes del matrimonio, un gato se sentaba sobre el altar, el matrimonio sería infeliz.

La creencia del carácter oscuro y casi demoníaco del animal llevó al Papa Inocencio III a ordenar matar a todos los gatos y a sus dueños, convencido de que todos eran brujo. Afortunadamente, el mandato nos e cumplió en su totalidad y hoy en día podemos disfrutar de la compañía de estos felinos.

Gatos,
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