Los perros pueden morder por diferentes motivos. Es un acto que para la mayoría de ellos es como un juego, especialmente, cuando son cachorros, pero que también puede responder a distintos factores. Aquí vamos a contar cuáles son los más habituales y por qué los canes tienen esta conducta que conviene corregir cuanto antes aunque no haya ninguna mala intención ni responda a un comportamiento agresivo.
Juego
Lo primero que hay que tener claro es que los perros tienen el instinto de morder. Esto hace que esta conducta sea algo totalmente normal en ellos, pero que conviene corregir desde pequeños porque, a más edad, más difícil es cambiar este comportamiento, que puede llegar a generar muchos problemas.
Cuando los perros son cachorros, el acto de morder es un juego para ellos. Esto se nota especialmente si vive con el resto de perritos que han nacido o con otros que sean algo más mayores.
En estos casos, esta conducta no supone ningún problema porque, además, no tienen dientes pero, con la dentadura ya desarrollada pueden derivar en conductas graves y con daños considerables.
La perra madre suele estar siempre pendiente de recriminar a los cachorros que muerden con gran ahínco porque los perros afectados muestran su molestia. De esta manera, el cachorrito aprende de una forma natural con el adiestramiento de su madre, que pone punto y final al juego y a ese acto en el que se ha producido la mordedura.
En aquellos casos en los que el cachorro no se cría con su madre, este papel lo tienen que hacer las personas que lo cuidan. De este modo, hay que enseñarle que no se puede morder y que las mordeduras causan daño y dolor.
Este proceso no es fácil y requiere de tiempo, puesto que hay que enseñar al cachorro a que no muerda dentro de un entorno nuevo –el hogar- al que tiene que adaptarse e integrarse.
Otras causas
El perro también muerde por otras causas. Entre las principales está el acto instituto de exploración, la limpieza de los dientes –es un gesto que les ayuda-, y el fortalecimiento de sus mandíbulas. También es una forma de no aburrirse y de reflejar su ansiedad por la separación de la madre y sus hermanos cachorros.
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