Las capas del caballo


La capa del caballo está formada por el conjunto de pelos y crines que recubren su cuerpo. Es la capa lo que nos permite diferenciar un caballo de los demás. Aunque la mayoría de nosotros sólo nos fijamos en el color del cuerpo para determinar la capa del animal, los expertos denominan las capas, además de con el color del cuerpo, con el de los “cabos”, es decir, el hocico, la punta de las orejas, las patas, las crines y la cola.

Los colores de las distintas capas varían según la raza del caballo, aunque se distinguen varios colores principales:

Negro: No es una capa muy común, por lo que los caballos de esta capa son muy admirados.

Castaño Oscuro: Pude varar desde el marrón profundo al marrón negruzco.

Castaño: Esta capa se caracteriza porque el animal presenta un tono caoba brillante con extremos negros, que puede llegar hasta el color rojizo. A veces también se dan mezclas de castaño y castaño oscuro.

Alazán: Se denomina así al caballo cuya capa presenta un tono marrón rojizo o anaranjado. Las tonalidades pueden variar desde el dorado claro al rojo oscuro

Tordo: Estos caballos tienen una base de piel oscura sobre la que se mezclan pelos blancos. El tono puede ser oscuro o color acero. Tienen la particularidad de que, cuando nacen, su pelaje es oscuro, casi negro, y se va aclarando según crecen.

Bayo: Presenta un pelo en tonos dorados, grisáceos, o plateados, con los extremos negros.

Blanco: Es muy raro, salvo en los animales albinos.

Crema: La tonalidad varía desde el beige pálido al blanco, con una base rosa.

Pinto: La capa muestra manchas blancas y negras. Estos caballos tienen la particularidad de que la mayoría tienen los ojos azules.

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