La agresividad en los gatos


Normalmente los gatos son mascotas tranquilas cuya convivencia con su dueño y los demás habitantes de la casa es pacífica y no presenta ningún problema. Como animal independiente que es, reivindica su espacio y decide en cada momento lo que hace, sin preocuparse por más.

Otras veces, por el contrario, se dan casos en que los gatos se muestran agresivos con los humanos o con otros gatos y otras mascotas con los que convive en la misma casa.

Esta muestra de agresividad puede ir desde el típico bufido de advertencia echando las orejas hacia atrás hasta morder y arañar a sus amos cuando quieren apartarlo de algún lugar o acariciarlo. El comportamiento agresivo también se dará con las demás mascotas, a las que intentará arañar.

Para poder controlar esta agresividad, lo primero que debemos determinar en qué ocasiones ocurre, como cuando le acariciamos o le cogemos para moverlo de lugar. En este caso, lo primero que deberemos hacer es evitar estas acciones, para no exacerbar la agresividad del animal.

También podemos optar por cortar esta conducta no deseada, es decir, cuando comience a mordernos, podemos soplarle en el hocico, lo cual hará que cese inmediatamente. Al mismo tiempo, reforzaremos positivamente cualquier momento en que nos permita acariciarlo o tocarlo sin ninguna respuesta agresiva, con comida, algún premio o caricias, para cambiar su conducta.

A veces esta agresividad se debe a que el animal se aburre o no realiza suficiente ejercicio, para lo cual deberemos jugar con él, hacerle correr y moverse, de forma que elimine energía y se quede más tranquilo.

Si aun así no conseguimos que la agresividad desaparezca, sino que va a más, pudiendo llegar a ser peligrosa, lo mejor es consultar con un veterinario para que él nos indique las pautas a seguir o un especialista que lo trate.

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